Unos de los sectores que más crecimiento ha tenido a causa de la pandemia causada por el virus Covid-19 ha sido el comercio electrónico.
Las ventas a distancia se han convertido en una actividad presente en prácticamente todos los sectores de actividad.
Es importante conocer las implicaciones que tiene hacer comercio electrónico desde nuestra página web o desde nuestro espacio en redes sociales. Por ello cualquier ecommerce debe disponer de:
- Condiciones generales de contratación que deben ser propias y ajustadas a nuestra actividad, donde se detallen cosas tan importantes como plazos de entrega, gastos de envío, ejercicio del derecho de desistimiento, cómo se procesan devoluciones o la descripción del proceso de compra.
- Aviso legal que nos identifique ante el consumidor y cualquier usuario de la red, con nuestros datos fiscales y de contacto.
- Proceso de compra descrito y detallado, identificado en cada una de sus partes para que el consumidor sepa en qué punto se encuentra del proceso.
- Adaptación al RGPD dado que vamos a tratar datos de personas, cumplir con el RGPD es obligatorio, así deberemos incluir:
- Cláusulas informativas en formularios de contacto
- Cláusulas informativas en suscripciones
- Política de privacidad
- Gestión de cookies
- Las condiciones de contratación deben ser propias y específicas.
- Las condiciones de contratación no deben “trocearse”.
- Copiar a otras webs sus condiciones o aviso legal no es garantía de hacerlo bien.
Además, en función de la actividad, se pueden establecer otros controles como los de edad en el acceso a determinados contenidos o productos y siempre ofrecer seguridad en las transacciones mediante protocolos de cifrado de las comunicaciones.
Dado que la normativa que se debe cumplir es amplia (consumidores y usuarios, comercio minorista, protección de datos, comercio electrónico, cláusulas abusivas…), contar con un asesoramiento adecuado es clave antes de iniciarse en el comercio online.